El otro día nos pusimos manos a la obra para hacer un regalo a una amiga de Alba y a un amigo de Adriana.
Como vistéis en el post de las brochetas de chuches, nos gusta mucho regalarlos en formatos especiales y nos chifla ponerlos todos del mismo color porque queda un efecto muy bonito y a los niños les gusta mucho. Los tarros de cristal están, por supuesto, reciclados de otras cosas aunque también los puedes comprar en muchas tiendas.
Es un detalle barato pero muy vistoso y fácil de hacer- ¡¡eso si hacer cualquier cosa con chuches con niños cerca implica una charla previa y un gran poder de contención, y bueno, dejarles comer una o dos para compensar el esfuerzo-.
El resultado final fue éste:
Como las chuches nos gustan pero la literatura infantil aún más decidimos añadirle un pequeño cuento como decoración. Estos mini cuentos pertenecen a la Colección Minicuentos para soñar de Editorial Kalandraka, vienen en cajitas de siete y cuestan 10 €. Incluyen los grandes éxitos de esta editorial en formato reducido y ya hay 7 colecciones.
Para decorar los botes escogimos una blonda- las compramos en una gran superficie- y una cinta de raso. Ésta en concreto la compramos en el mercadillo de Gijón de los domingos en un puesto estupendo en el que te sirves tú mismo y puedes enloquecer con todo lo que hay a precios muy buenos- tenemos pensado hacer un post entero sobre nuestras visitas a los mercadillo o Rastro como se llama aquí en Gijón-.
Para que no se moviera la blonda pusimos en la tapa un trocito de celo de doble cara
Pegamos la blonda con cuidado y atamos la cinta alrededor
Con sellos estampamos la frase Queremos chuches que es el título de una canción de Petit Pop - un grupo infantil del que ya os hablamos-, porque sabíamos que la destinataria es muy fan y pusimos una pequeña etiqueta realizada con taladradora con la inicial de la niña estampada también. con un sello.
El segundo bote está hecho de forma similar pero utilizamos fieltro para decorar la tapa y cinta de encaje adhesiva. Hay infinidad de modalidades, sólo hay que dejar volar vuestra imaginación y tener siempre en cuenta al destinatario.
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