queda superbonita para decorar. ¿Se puede pedir más?
Necesitas: limones y naranjas, un cuchillo bien afilado (ojo con los niños), papel sulfurizado y un tarro bonito.
En primer lugar cortas las frutas en rodajas muy finas- esta operación es mejor que lo hagan los adultos aunque para cortes más gruesos los niños mayorcitos pueden ayudar sin problema siempre y cuando les expliquéis dos normas básicas: no interponer ninguna parte de tu cuerpo- ¡¡¡los dedos normalmente!!!- entre el filo del cuchillo y la tabla y no perder NUNCA de vista el cuchillo). Hay una opción muy buena que es usar guantes de corte que se venden en cualquier ferretería y así te ahorras un susto.
Una vez cortadas, colocas las rodajas en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado, espolvoreas azúcar por encima para facilitar el secado y lo metes al horno.
Decíamos que era una receta ecológica porque nosotros hemos ido aprovechando el calor residual que queda en el horno después de cocinar otros platos, si no es así tienes que tener el horno a 65 º c. durante 3 ó 4 horas (dependiendo del grosor) con el consiguiente gasto energético.
Nosotros escogimos un bote con tapa de corazón por aquello de que se acerca San Valentín pero puedes aprovechar cualquier otro bote o lata metálica que tengas por casa.
Las frutas las puedes aprovechar para muchas cosas: para decorar postres, para echar en las bebidas frías o calientes (té, manzanilla)... y queda muy bien para decorar en cualquier rincón de la cocina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario