Hoy os queremos enseñar la fiesta que hicimos en casa para celebrar Halloween.
La decoración fue muy sencilla porque la verdad es que llevábamos una semana muy ajetreados y se nos echó el cansancio y el tiempo encima.
Ésta es la puerta del salón que decoramos con unas manos hechas con cartulinas negras, un palé reciclado de la basura y tela de araña. La verdad es que cuando apagabas la luz, las manos se veían reflejadas y daban verdadero miedo.
Encima del espejo de la entrada colocamos una calabaza rescatada del halloween pasado hecha con polistileno, un material que podéis comprar en las tiendas de bricolaje y que se ha convertido en un imprescindible para montones de cosas en nuestra casa.
En el baño también había sorpresa...
Para el mantel usamos papel continuo naranja que las propias invitadas decoraron antes de empezar a comer con un sello en forma de calabaza.
Los cubiertos, los platos y las calabazas que señalaban el lugar de colocación de las niñas en la mesa ya os los enseñamos en otras entradas previas.
El menú fue bastante sencillo y también colaboraron las invitadas a la hora de elaborar algunos de los platos.
El día anterior hicimos con nuestras hijas galletas de mantequilla con nuestra receta habitual, decoramos algunas con rotuladores de tinta comestible que compramos en El escondite de Lola y otras las dejamos en blanco para que las invitadas las decoraran.
El resto de la comida consistió en ganchitos naranjas, gusanos de pica pica, murciélagos de patata, gominolas de dientes de drácula...
Los botes que contenían todo eran unos calderitos de zinc que habíamos comprado para mesa dulce que hicimos en la boda que tuvimos en julio, decorados con un lazo negro y una pegatina en forma de calabaza que compramos en TIGER.
Las jeringuillas sangrientas también tuvieron mucho éxito, las hicieron las propias invitadas mezclando zumos variados con colorante rojo.
También se divirtieron mucho decorando los palitos fantasmales. Los hicimos con grisinis mojados en vainilla a los que les pegaron unos ojos monstruosos de caramelo.
La verdad es que fue una buena idea dejar que fueran las propias invitadas las que poco poco fueran "montando" su propia fiesta porque se implicaron un montón y se lo pasaron genial.
No tenemos fotos pero luego fueron por el barrio pidiendo "truco o trato" y sacaron un "buen botín".
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